El diplomático dijo que todas las empresas hispanas que ya están en Bolivia y otras muchas más quieren “contribuir y ser partícipes de éxito económico” del país, que consideró “significante” en un escenario de crisis global.
El embajador de España en Bolivia, Francisco Javier Gassó, afirmó que un marco legal con mayor seguridad jurídica hará más atractivo al país suramericano para las inversiones extranjeras, entre ellas las de empresas españolas como las que ya están trabajando en hidrocarburos, transportes y construcción de infraestructuras.
Gassó planteó el tema en su discurso de celebración de la fiesta nacional de su país, a la que asistió el canciller boliviano, Rogelio Mayta, además del expresidente Carlos Mesa, el empresario Samuel Doria Medina y el alcalde de La Paz, Iván Arias, entre centenares de invitados que visitaron la embajada española.
El diplomático dijo que todas las empresas hispanas que ya están en Bolivia y otras muchas más quieren “contribuir y ser partícipes de éxito económico” del país, que consideró “significante” en un escenario de crisis global.
“Sin embargo, no cabe duda de que un marco legislativo mejorado, que respete plenamente las previsiones de la Constitución Política del Estado boliviano, pero al mismo tiempo pueda ofrecer mayor seguridad jurídica a los inversionistas” harían de Bolivia “más atractiva quizás para las inversiones extranjeras”, sostuvo Gassó.
Y agregó que en este tema “están trabajando con las autoridades bolivianas, con la Cancillería” y ese proceso debe ser profundizado “si queremos ser eficaces y asegurar una mayor presencia inversora en el país”.
El embajador destacó la presencia de Repsol desde hace varias décadas, de la empresa de ingeniería ambiental TSK que realizó 22 proyectos en Bolivia en menos de una década, de Sacyr que construyó dos cementeras, de Urbas que puso en marcha el Tren Metropolitano, de Cochabamba; de Rubau, que construyó y equipó hospitales, además del trabajo de la editorial Santillana, y de Maxam, en minería.
Gassó también confirmó la pronta renovación de un acuerdo de cooperación con Bolivia que tendrá vigencia hasta el 2025 para trabajar en la transición ecológica, gobernabilidad democrática y cohesión social con sectores vulnerables como los indígenas y para promover el “empoderamiento real” de las mujeres, con una serie de proyectos que sumarán una inversión de 170 millones de euros, según dijo.
En su discurso, también destacó la “hermandad” de las relaciones de Bolivia y España que datan de 1847 y han cumplido 175 años con “luces y sombras”, y aprovechó para criticar el “imperialismo” del Gobierno de Rusia por invadir Ucrania y la violación de los derechos humanos en la guerra con los bombardeos en poblaciones civiles ucranianas.
A su turno, el canciller Mayta sostuvo que la colonización, que comenzó el 12 de octubre de 1492 con el descubrimiento de Cristóbal Colón, “fue trágica” porque en los primeros noventa años, según dijo, la población indígena del continente se habría reducido supuestamente de sesenta millones a 6 millones de habitantes por la conquista europea.
“Nuestra historia para atrás ha tenido luces y sombras y muchas oscuridades. Nosotros no nos olvidamos. Las tenemos presentes y debemos tenerlas presentes, no solo por nuestro carácter originario, sino como parte de nuestra experiencia como humanidad”, sostuvo el ministro boliviano.
El funcionario luego reconoció que el encuentro de las dos culturas también dio como fruto “una explosión de cosas positivas” como la riqueza culinaria local con sus herencias hispanas y también el proceso de diálogo que realizan los dos países.
Sobre la guerra, Mayta dijo que en el mundo “hay una disputa hegemónica” porque hay “grandes potencias” que pelean por mostrar “quién es el mandamás de este planeta, de nuestra Madre Tierra”.
“Hoy día podemos decir que estamos viviendo una tercera guerra mundial multidimensional. Esa es la realidad y, a veces la edulcoramos. Acusamos de un lado, de otro lado”, sostuvo el ministro, cuyo Gobierno se ha abstenido en Naciones Unidas de condenar la reciente anexión de Rusia de territorios ucranianos.
Fuente: Página Siete