El acuerdo, cerrado en tiempo récord, contempla la eliminación del ‘roaming’ entre ambos países
ROCÍO MONTES
El TLC tiene dos objetivos centrales: complementar la liberalización arancelaria en materia de productos –alcanzada en el acuerdo que suscribieron ambos países a mediados de los años noventa–, y modernizar la relación comercial con la incorporación de nuevas disciplinas de última generación. El acuerdo contempla capítulos sobre entrada temporal de personas, comercio electrónico –que facilitará la operación de los proveedores de servicios y productos digitales chilenos– y de telecomunicaciones: luego de dos años de vigencia del tratado, se eliminará el roaming entre ambos países, lo que tendría efectos sobre el turismo y el emprendimiento, entre otras áreas.
Con una economía que no ha estado a la altura de las expectativas del Gobierno y de la ciudadanía, para Chile el TLC es una buena noticia: Brasil es un destino clave para sus pequeñas y medianas empresas. De las 3.578 que exportaron al mundo el 2017, 10% registró envíos a Brasil.
Piñera lo describió como un acuerdo “de última generación, moderno, con grandes incorporaciones de los temas emergentes y en beneficio de ambos países”, que representa un acercamiento del Mercosur, en el Atlántico, a la Alianza del Pacífico, el bloque que integran Chile, Colombia, Perú y México. “Va más allá de lo estrictamente económico. Busca acercar e integrar nuestros países del punto de vista de la cultura, de la colaboración política, de la solución y enfrentamiento de problemas, como el calentamiento global, la ciberseguridad y muchas cosas más”, indicó el mandatario chileno sobre este TLC que contempla –de forma inédita– un capítulo dedicado a comercio y género. El objetivo, explican en el Ejecutivo chileno, es visibilizar a las mujeres, a las emprendedoras y empresarias y su participación en la economía. A la vez, busca reconocer la contribución que hacen al desarrollo sostenible.
Brasil es el principal socio comercial de Chile en la región y el tercero a nivel mundial, luego de China y Estados Unidos. “Brasil no es sólo nuestro principal socio comercial en la región (…) es también nuestro principal destino de las inversiones chilenas”, señaló Piñera. En 2017, las exportaciones hacia Brasil representaron el 66% del total exportado hacia los países fundadores del Mercosur, por un total de 3.413 millones de dólares (un 14% mayor al año 2016). Las importaciones chilenas desde Brasil, a su vez, representan aproximadamente el 60% del total importado a los países del Mercosur.
Fuente: El Pais.