El documental de Luis Ara reconstruye los momentos más significativos del conjunto brasileño
ANDRÉS RODRÍGUEZ
Chapecoense fue fundado en 1973 en la ciudad de Chapecó, en el estado de Santa Catarina, Brasil. El equipo conocido como el Furacão do Oeste (Huracán del Oeste), alcanzó relevancia en los últimos años protagonizando una meteórica ascensión. De estar en 2009 en la cuarta categoría del fútbol en su país, en 2016 iba a rumbo a disputar su primera final continental ante el Atlético Nacional de Colombia. Sin embargo, el avión que transportaba a la plantilla, directivos y periodistas se quedó sin combustible y se estrelló poco antes de llegar a Medellín, mientras esperaba a que le autorizaran un aterrizaje de emergencia. Murieron 71 de las personas que iban a bordo y sobrevivieron seis.
Ara, como muchos aficionados al deporte y al balompié, dio seguimiento a la histórica campaña del conjunto brasileño en la Copa Sudamericana, torneo en el que dejó en el camino a grandes equipos argentinos como San Lorenzo o Independiente. El director recuerda que cuando se enteró de la tragedia aérea estaba en un cine, revisando una sala por motivos de trabajo. “En hechos tan trágicos como estos en general, la gente siempre se acuerda dónde estaba. Como cualquier persona que escuchó las noticias quedé completamente consternado y de algún modo paralizado de tan trágica noticia”.
“Una gran responsabilidad”
La historia que muestra el documental, se construye alrededor de las declaraciones de los jugadores sobrevivientes, familiares y amigos de los fallecidos, integrantes de la actual directiva, entre otros. También cuenta con el archivo audiovisual del club y de medios colombianos y brasileños. A través de sus propias grabaciones y otro material filmográfico utilizado para la cinta, Ara logra una narrativa que se hilvana de forma muy orgánica. “Hay un gran trabajo de producción y de investigación. Además, es una situación muy delicada, en el que en algunos momentos vemos la intimidad, y hay que comprender eso, que uno está creando una obra que tiene que ver con la vida de muchas personas. Por eso, la película está hecha con mucho respeto”, afirma Ara.
El realizador uruguayo también recurre a la animación como un recurso cinematográfico para contar una parte del filme. Al inicio, sobre todo, ilustra muchos logros del club a través de recortes de periódicos y fotos, que parecen cobrar vida en la pantalla. “Quería contarlo de otra manera. No quería que fuera una película de fútbol, quería que fuera una película sobre un equipo de fútbol, en la que no se mostraban partidos y goles necesariamente. Entonces me pareció interesante el recurso de utilizar algunos diarios existentes y otros creados por la producción, para decir textos que me parecían interesantes para los efectos de la historia”, agrega Ara.
Ara estaba ante una gran responsabilidad al contar esta historia que ya había sido relatada muchas veces y de formas muy similares. La prueba de fuego fue ante las familias, gente del club y representantes de la asociación que reúne a las personas afectadas por la tragedia aérea. Según el director, todos quedaron satisfechos y agradecidos con el tono con el que fue contado el filme. “Cada involucrado con las víctimas va a tener su forma de recibir o de ver un trabajo que en definitiva les ha rememorado lo más groso que les tocó vivir en su vida. Es un tema delicado, pero estoy contento de que la recepción haya sido muy, muy buena”, finaliza.
Fuente: El Pais.